"Ten cuidado con lo que deseas porque se puede convertir en realidad". Esta frase siempre llamó mi atención y me preguntaba ¿por qué alcanzar algo que deseamos puede ser negativo?. Quizás porque termina no siendo lo que uno esperaba y se desilusiona. Esto aplicaría cuando el deseo va acompañado de fantasías, y podría evitarse si controlamos las expectativas.
Una de las nobles verdades del Budismo afirma que "El origen del sufrimiento es el deseo". Y ¿por qué?.
El deseo produce apego y por consiguiente miedo a perder el objeto añorado; sea el trabajo, el dinero, la pareja, el confort, la salud, la familia, etc. Todo eso que tenemos y que fuimos construyendo, conforma la imagen que tenemos de nosotros mismos y la que proyectamos hacia afuera. Por eso, la pérdida para el ego, es una vulnerabilidad a la que resiste.
El problema de fondo es cuando ese deseo, produce apego y se convierte en una necesidad.
La necesidad según lo apunta Maslow en su teoría, no es otra cosa que un deseo del ego; sostiene que los individuos tienen diferentes niveles de necesidades que deben satisfacerse en un orden jerárquico para alcanzar el máximo potencial; primero debemos atender las necesidades fisiológicas de subsistencia hasta llegar a la autorealización. Y está bien tener aspiraciones que nos mantiene motivados; moldea la disciplina, la responsabilidad, el compromiso y muchos otros valores indispensables para nuestro progreso, que son sanos mientras no sea a expensas de las necesidades del ser.
Muchas veces el deseo del ego, nos aleja de lo que realmente necesitamos. Ej. Conseguimos un mejor trabajo, ganamos mas dinero y obtenemos el reconocimiento que buscábamos para darnos cuenta que ya no tenemos tiempo para disfrutar de la familia y los amigos, y que en definitiva somos más infelices que antes. Nuestro deseo se hizo realidad, pero ¿era lo que necesitábamos?. Por eso el proverbio remarca "ten cuidado con lo que deseas". Esta es la trampa del deseo: no solo que produce sufrimiento, sino que crea necesidades donde antes no las había.
Entonces la pregunta es ¿Cómo evitamos tener deseos, si nos conduce al sufrimiento?
Es inevitable tener deseos porque el ego busca el progreso, y es inevitable el sufrimiento porque la vida es cambio.
El deseo tiene un sentido más profundo para nuestra consciencia, y es enfrentarnos con nuestras verdaderas necesidades y carencias.
A veces compensamos esas carencias de manera de no verlas y así evitar el sufrimiento de hacernos cargo. Ej. El excesivo trabajo puede encubrir la soledad, la apariencia encubrir una baja estima, la ira encubrir la tristeza, etc. Otras veces la compensación se presenta cuando buscamos o atraemos inconscientemente a personas que tienen lo que carecemos y nos facilitan el esfuerzo de desarrollarlo, aunque sean características que repudiamos y que necesitamos. Debemos ser honestos para identificar cuáles son nuestros "agujeritos", lo que Carl Jung llamaba "la sombra".
La necesidad es un síntoma de las heridas que portamos y que nos hace tomar decisiones que en muchos casos van en contra de lo que deseamos. Así permanecemos en relaciones, trabajos, rutinas y comportamientos que nos brindan algo que valoramos pero pagamos un precio muy alto por eso.
El deseo y la necesidad no están en sintonía cuando hay una deuda en la ecuación Son las elecciones que hacemos en base a nuestras prioridades, y está bien si somos conscientes y es pasajero. Si permanecemos mucho tiempo anclados en uno u otro extremo, empezamos a notar un malestar interior y un descontento que nos exige un cambio.
Cuando no atendemos este llamado a tiempo, se presentan las crisis y atraemos las circunstancias que nos ponen en evidencia el problema que hemos estado postergando o negando. Podemos engañarnos a nosotros mismos, pero no podemos engañar al universo. No hay resistencia capaz de vencer los designios del alma y de nuestro camino de evolución.
Necesitamos las dificultades y las experiencias dolorosas para evolucionar, porque no hay crecimiento sin cambio, y el cambio trae incertidumbre y sufrimiento. Esto significa que conectar con el dolor, es conectar con una necesidad (recuperar u obtener algo), que valga la redundancia es necesaria para el crecimiento del alma.
Todo lo que nos pasa en la vida responde a un sincronismo del universo; nada es casual, las personas y las circunstancias que atraemos llegan para que crezcamos y evolucionemos; cristaliza los aprendizajes en una etapa de nuestra vida para desarrollar las capacidades necesarias. Si no somos conscientes y permanecemos en las necesidades y deseos del plano físico, seguiremos atrayendo del destino el mismo patrón de experiencias una y otra vez.
No crecemos cuando culpamos a los demás de nuestra desdicha y no comprendemos lo que estamos proyectando
No crecemos cuando evitamos el cambio para no sufrir, y quedamos atascados en el deseo del ego sin comprender la dimensión espiritual de las experiencias y los aprendizajes de vida.
No crecemos cuando sobrecompensamos y evadimos la responsabilidad de tomar consciencia de nuestras heridas y carencias.
No crecemos cuando nos empeñamos en buscar razonamientos y justificaciones que aletargan la toma de consciencia
♡ Crecemos cuando atravesamos las dificultades como eslabones necesarios para nuestro crecimiento.
♡ Crecemos cuando identificamos el deseo y la necesidad del ego y nos rendimos ante lo que la vida nos propone
♡ Crecemos cuando estamos dispuestos a sufrir como consecuencia de nuestros deseos. Esta aceptación es la paz que necesitamos, que paradójicamente la encontramos cuando dejamos de desearla.
Quien sino Frida Khalo para dar muestra de ello.
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